Frente al silencio.

Frente al silencio.

domingo, 15 de mayo de 2016

Julio Cortázar






1950, AÑO DEL LIBERTADOR, ETC

Y si el llanto te viene a busca
(De un tango)


Y si el llanto te viene a buscar,
agarralo de frente, bebé entero
el copetín de lágrimas legítimas.
Llorá, argentino, llorá por fin un llanto
de verdad, cara al tiempo
que escamoteabas ágilmente,
llorá las desgracias que creías ajenas,
la soledad sin remisión al pie de un río,
la culpa de la paz sin mérito,
la siesta de barrigas rellenas de pan dulce.
Llorá tu infancia envilecida por el cine y la radio,
tu adolescencia en las esquinas del hastío, la patota.
      el amor sin recompensa,
llorá el escalafón, el campeonato, el bife vuelta y
      vuelta,
llorá tu nombramiento o tu diploma
que te encerraron en la prosperidad o la desgracia,
que en la llanura más inmensa te estaquearon
a un terrenito que pagaste
en cuotas trimestrales.





AFTER SUCH PLEASURES


Esta noche, buscando tu boca en otra boca,
casi creyéndolo, porque así de ciego es este río
que me tira en mujer y me sumerge entre tus párpados,
qué tristeza nadar al fin hacia la orilla del sopor,
sabiendo que el placer es ese esclavo innoble
que acepta las monedas falsas, las circula sonriendo.

Olvidada pureza, cómo quisiera rescatar
ese dolor de Buenos Aires, esa espera sin pausas
      ni esperanza.

Solo, en mi casa abierta sobre el puerto,
otra vez encontrarte en el café de la mañana
sin que tanta cosa irrenunciable
hubiera sucedido.
Y no tener que acordarme de este olvido que sube
para nada, para borrar del pizarrón tus muñequitos
y no dejarme más que una ventana sin estrellas.










HIC ET NUNC



La nobleza, las grandes palabras, qué mal le van
a esta ternura sin mejillas que tocar,
a esta lengua sin labios que entender.
Envilece un amor así que rebota en las paredes
       del cuarto
o se va cayendo a pedazos de palabras, esto.
Es inútil la argucia y la esperanza,
somos la previsión,
los ojos y la boca orientados al viento. ¿Qué me vale
lo que fue, la suave crónica?
Siempre andaré buscándote en el hoy
de esta ciudad, de esta hora.
Si me doy vuelta, oh Lot, eres la sal
donde mi sed se hace pedazos.

Mira de qué sustancias vivo,
pero no me tengas lástima, yéndote así
todavía más.





José Alberto Santiago. “Antología de la poesía argentina”. 1973, Editora Nacional.



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